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Iglesia de San Juan Bautista

Una iglesia para el pueblo

En 1512, en el contexto de la conquista del reino de Navarra y tras la toma de Pamplona por el Duque de Alba, la tropas navarro-francesas, en retirada, saquearon e incendiaron Hernani. La primitiva parroquia, situada extramuros, sufrió gravísimos daños. Es entonces cuando se vio la necesidad de construir una iglesia dentro del recinto amurallado de Hernani.

Juan López de Amezqueta y Alcega cedió parte de un terreno extramuros junto a la muralla, de tal manera que la iglesia formaría parte de la nueva defensa. Surgía, de este modo, en torno al hoy desaparecido palacio Alcega, un nuevo gran espacio llamado a convertirse en el nuevo centro neurálgico de la villa; la Plaza Mayor, actual Gudarien plaza.

La licencia para el traslado de la iglesia la concedió el Emperador Carlos V el 19 de diciembre de 1540. Las obras comenzaron cinco años más tarde, en 1545, a cargo de los maestros canteros Domingo de Olozaga, Miguel de Beramendi y Andrés de Izaguirre. La construcción de la iglesia supuso un gran esfuerzo para la villa, que llegó a vender terrenos para hacer frente a los numerosos gastos. Las obras se interrumpieron en varias ocasiones, hasta que en 1595, con el cierre del crucero, se da por finalizada la nueva Iglesia Parroquial de San Juan Bautista.

Se trata de una iglesia de una sola nave, con planta de cruz latina, de estilo tardo-gótico o gótico vasco (bóvedas de crucería sostenidas por columnas semicilíndricas adosadas a las paredes). Mide 158 pies de largo (unos 50 m.) y 50 pies de ancho (15 m. aproximadamente). El material empleado es mampostería en las paredes, y sillería en las esquinas.

Años después de acabado el edificio, “siendo tan suntuosa la iglesia… desdice mucho por la falta que tiene de remate”, y tras numerosas vicisitudes, finalmente se levantó esta magnífica torre de base cuadrada, diseñada por Francisco de Ibero, finalizándose en 1764. En 1795 quedó rematada con el campanario, y posteriormente, la curiosa ubicación en esquina de su reloj.

El pórtico barroco, de grandes dimensiones e indudable valor artístico, es obra de Martín Zaldua, data de 1706. Tiene una composición rectangular, flanqueada por dos pilastras que soportan el frontón triangular. Bajo el gran arco podemos ver la escultura de san Juan Bautista, patrón de Hernani (obra en madera de Ambrosio de Bengoechea, quien inicialmente la realizó para el altar mayor en 1611), y a los lados de la puerta; las esculturas de san Pedro y san Pablo.

Ya en el interior, destacan el retablo mayor (Bien Cultural con categoría de Monumento), joya barroca de Bernabé Cordero, de 1656; la imagen del Santo Cristo Crucificado (gótico, de los s. XIII – XIV), la imagen más antigua del edificio, traída, con toda probabilidad, de la antigua iglesia parroquial. También, los altares laterales de san José (con su sagrario, del primitivo retablo), de la Virgen del Rosario, de la Virgen de los Dolores y del Santo Cristo Yacente. En el interior, además, se encuentra la sepultura de Juan de Urbieta (s. XVI), o restos de Agustín de Cardaveraz (1703 – 1770).

En 2016 se erigió en la antigua sacristía, la capilla de Zikuñagako Ama, donde se encuentra una reproducción de la preciosa imagen de la Piedad, auténtico tesoro del s. XVI. La figura de Zikuñagako Ama es una reproducción, ya que la original se robo en 1979.

Enlaces de interés:

Iglesia de san Juan:

http://ondarea.hernani.eus/hernani/urtekariak/pdf/1308.pdf